La Crianza Igualitaria y el Apego Seguro, Papá/Mamá/Hijxs: Una manera de Co-Habitar para formar en la PAZ con dignidad!!

Ciudad de México, 19 de diciembre del 2011

NO TE QUEJES ¿QUE TIPO DE HIJXS ESTAS CRIANDO?

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritables, pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono, viendo tele o conectados en el internet. No se ocupan de que su ropa este limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con “arreglar algo en el hogar”.

Idolatran a sus amigxs y viven poniéndoles “defectos” a Papá, Mamá, a los cuales acusan a diario de que “están viejos”. No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo.

Hay que darles “su semana” o “su domingo” de la que se quejan a diario porque “eso no me alcanza”. Definitivamente el día en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles. Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 16 y los 25 años y que para aquellos padres y Madres que tienen de 2 a 4 hijos, constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿EN QUE ESTAMOS FALLANDO?

Para los nacidos entre los años 60`s y 80`s, el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas o barrer el patio o hacer el jardín, lustrar sus zapatos, limpiar la casa; algunos fueron limpiabotas y otros repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o abuela o teníamos un pequeño salario en la iglesia donde ayudábamos a oficiar misa por la mañana los fines de semana.

Lo que le paso a nuestra generación es que elaboramos un discurso que no ha dado resultado: “yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pase”. ¿Usted porque tiene lo que tiene? Porque LE COSTO ESFUERZO, sacrificios. Y así es que se aprende a valorar los esfuerzos de los padres y no acostumbrar a nuestros hijos a recibir todo por sentirnos obligados a ello. Nunca nuestros hijos han  conocido la escasez, Se están criando desperdiciando. A los 10 años ya habían ido a Disney World un par de veces quizás, cuando nosotros a los 20 no sabíamos lo que era tener un pasaporte. El “dame” y el “cómprame” siempre termina complaciéndose y ellos se convirtieron en habitantes de una pensión con todo incluido (Televisor, Equipo de Sonido, Internet y comer en la cama, recogerle el reguero que dejan porque siempre se les hace tarde para salir…) y luego pretendemos que sea un hogar o exigir o preguntarnos ¿Por qué nuestros hijos se aíslan, no compartimos ya en familia? ¿Quién ha estado suministrando esos “malos hábitos”? Nosotros mismos, solitos, con nuestro “mal ejemplo” y sabiendo que podría no estar bien.

¿QUE HACER ENTONCES?

“En un momento de la vida, los hijos se marchan al exterior con la conquista de una nueva pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la cosa “se les aprieta” en su nueva vida. Si tu tienes hijos pequeños, ponlos los domingos a lavar el carro, hacer el jardín, ordenar la casa, a ganarse las cosas. Un pago simbólico genera una relación en sus mentes entre trabajo y bienestar. Las hijas como los hijos deben desde temprano a aprender a manejar el hogar para que entiendan que la economía domestica en tiempos que podrían ser más difíciles. La música estridente, los conciertos, la tele, la moda y toda la tecnología de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos toco vivir, y ellos podrían “aprovecharse” de nuestra desinformación para salirse con la suya o peor aun “encontrar” información” que nosotros por miedo o vergüenza no les queremos dar. Estamos obligados a revisar los resultados, si hemos sido muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda al cuidado de la “sirvienta” o de la “guardería Pato MC Donald y en un ambiente cada vez mas agresivo, por nuestro cargo de conciencia de no pasar mucho tiempo con ellos, subsanarlo con cosas materiales. Ojala este mensaje llegue a los que tienen muchachos chiquitos.

Nunca es tarde para cambiar. Y recuerda: es mejor tarde que nunca. Nuestros hijos algún día van a dar testimonio amable de ello.

¿Por favor?, Gracias, ¿Cómo te fue hoy en la escuela?, ¿Cómo se llaman tus amigos?, ¿Cuándo me invitas a verte jugar?, ¿Tienes algún problema en materias?

¿Conoces su mundo? ¿Ellos conocen el tuyo?

¿Decidir si quieres seguir perdiendo tiempo valioso? ¿Ser Padre o Madre o solo Proveedor de Recursos Materiales? Es mejor una VOZ a tiempo que un lamento después.

ENSEÑALOS A PESCAR, NO LES DES PESCADO