Cruz Azul, La Tolerancia a la Frustración

Artículo: Cruz Azul, la Tolerancia a la Frustración. Agosto del 2015. Ciudad de México.

Se llama Azul y tiene apenas 2 años, su Madre, Diana, me decía alguna vez: “…mi corazón se ha vuelto duro…decepciones de la vida, del amor, del futbol..., “desde que tengo la edad de mi hija creo que le voy a la maquina…”, añade.

La Frustración, es un estado de ánimo que conlleva sentimientos varios: decepción, desaliento, tristeza, enojo…todo ocurre y sobre todo cuando esperamos de más. Es un sentimiento inevitable, es parte de la vida desde que nacemos aparecen los conflictos, esperanzas, necesidades, deseos, desde lo más mínimo hasta lo más inmenso, perder siempre será un momento duro. Este hecho es algo ante lo cual los seres humanos debemos intentar enfrentar de la mejor forma. En caso de no hacerlo, las consecuencias negativas (de la frustración) pueden ser duraderas. La historia de Cruz Azul se fincó desde 1881 como cooperativa; como muchos clubes en el País y el Mundo, el equipo deportivo es solo una parte de la arquitectura inmensa de historias de vida, Cruz Azul…es más que un CLUB.

Si nos detenemos a pensarlo, en nuestro País tenemos un legado que no tolera el fracaso, es decir en nuestra sociedad el fracaso es altamente castigado en lo político, lo económico, lo cultural, lo deportivo, lo social, lo personal, no es necesario abundar en ello, y para el mexicano, el aficionado, es importante aceptar que hace falta una sociedad tolerante con el fracaso. Factor clave: Tolerancia a la frustración, como habilidad para la vida, y en ella tolerancia social con el fracaso individual y en este caso colectivo. Todo mundo y más la afición Azul sabrá comprender que con cada fracaso aprendes algo. El Miedo al fracaso avasalla el riesgo, la capacidad de motivación. Tanto en los deportes como en la vida, uno todos los días debe de trabajar para que los sueños individuales y colectivos se conviertan en realidad, y eso requiere tomar riesgos. Tenemos que soltar el Miedo, para mí como Psicólogo sé que el miedo es algo natural, pero sin embargo nos limita. Entonces, dejemos ir lo que nos detiene, esa es la única manera de TRASCENDER. Es tarea de Todos y cuando digo TODOS, saben que me refiero a la empresa, al club, a la cooperativa, a los aficionados. Humberto el policía, Javier el Taquero, Eli oficinista, Laura odontologa, José el Político, Norberto Enfermero, Alejandra Maestra, Juan el arquitecto, Acosta el Migrante en USA, a cada uno de ellos los conozco y les reconozco cada fin de semana o que juega el equipo, inician los rituales, desde ponerse la camiseta, prepararse para ir al estadio con amigos o la familia, o en su casa tener todo listo para ver al equipo, y tener ese espacio de recreación después de una larga jornada laboral o incluso durante el trabajo, desde la radio, el dispositivo móvil, televisión a colores o en blanco y negro en hogares o espacios de trabajo, todo importa para ver trabajar a los jugadores en la cancha.

Debemos comprender también que dejamos algo en cada campeonato perdido, y es momento de decirle adiós a esa rabia, esa tristeza, ese miedo…alguna vez escuche al querido “ojitos” Meza, siendo entrenador del Cruz Azul, decir: “…Tantas veces tocamos la puerta y un día se va a abrir…”,

Desde mi experiencia en la psicología puedo decir que los deseos son necesidades insatisfechas, entonces confieso que mi deseo es volver a ver campeón a mi amada maquina celeste, y lo que aun deseo más es juntarnos como nación azul, tenemos que construir una energía potencial para crear un ambiente, una constelación de factores –que los expertos llaman ecosistema- para hacer posible lo que muchos otros quieren ver imposible. Todas las personas, instituciones, naciones, tienen historias de éxito y fracaso, nadie se salva de eso. Pero no todas las personas logran consolidar sus convicciones, me refiero a un amor puro y hondo, que goza y sufre, pero nunca abandona, que sabe distinguir entre una afición con vena estoica y no una hinchada mecanizante y de pasiones desbordadas.

Hemos estado sitiados por el pasado, sin importar edad, género, condición social, económica, cultural, el enojo, la frustración, la burla, la culpa, la tristeza, de pronto nos embargan y eso es algo que nuestra naturaleza humana debe combatir. No confundamos afición con fanatismo. Debemos vernos en la calle, en la oficina, en el sendero rural, en los pasillos de la escuela, en las escalinatas del estadio, en cualquier lugar, tiempo, espacio y entonces presentirnos como un TODO, una familia AZUL, encontrarnos en ese campo, con esos 11 seres humanos, jugadores, y con los que están al lado de ellos, el CLUB, nuestras fuerzas básicas y que vuelvan los días, no solo de recobrar un campeonato de liga, sino de recobrar a la gente, la confianza, la composición de nuestro destino. Cruz Azul me ha enseñado más en sus derrotas que con sus triunfos, la vida te enseña más en sus momentos duros, la intolerancia es un sentimiento y comportamiento que lleva a la dimisión, a la ruina y la derrota. La poca tolerancia a la frustración que se nos presenta después de varios torneos a los aficionados y al club, significa una fuente de problemas de autoestima, de confianza, de seguridad, en cierta o gran medida para todos y nos confunde en el concepto del manejo de emociones, cada época tiene sus propios problemas y es así mismo como debemos plantear sus propias soluciones.

La TOLERANCIA A LA FRUSTRACION está hecha de entereza y sabiduría, de arrojo y moderación, paciencia y perseverancia.

Diana de 22 años, Madre de Azul, tenía 4 años la última vez que Cruz Azul gano un campeonato de liga, ella con todo lo que ha vivido y vive hoy en día, me da lecciones de Vida, al igual que nuestro equipo, ambos me han enseñado a definir mejor esta habilidad llamada Tolerancia a la Frustración y que en pocas palabras seria: FACULTAD DE SABER ORIENTARSE EN LA HISTORIA, esa historia que convierte al tiempo –pasado, presente y futuro- en la enorme convicción de crecer humanamente juntos como CLUB, como aficionados, como seres humanos y mejor aún…como NACION.

Sobre el autor, Manlio Fabio Diego Llamas es Psicólogo por la UAM Xochimilco, cuenta con Maestría en Gestión Directiva en Salud de la UVM Campus Coyocán, tiene la Especialidad en Ética y Sociedad por la Universidad ORT México, ha sido persona servidora pública en ámbitos de salud, participación ciudadana y desarrollo social, es profesor en nivel bachillerato, licenciatura y posgrado. Fundador del proyecto comunitario HumanisticaMente donde desarrolla conferencias y talleres por internet, así como organización de jornadas barriales a través de la planificación participativa, técnicas de educación popular y animación socio-cultural.

Comentarios

  1. Muy cierto infortunadamente..... en mi opinión como seguidora del club a veces pierdo la paciencia y solo quiero resultados ... felicidades Diego te quedo muy lindo el articulo y gracias por mi mención en el mismo.

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